From (The Who), Light my fire (The Doors), We will rock you (Queen), Rock 'n' roll high school (Ramones), God save the Queen (Sex pistols), son canciones que nos evocan juventud, conciertos, locura colectiva..., diversión a fin de cuentas; pues no os pongáis sentimentaloides ni saquéis vuestras fotografías o videos Vhs antiguos a fin de rememorar esos momentos, porque vengo a contaros que una vez más, como todos los meses de Julio, en El Escorial este espíritu vuelve de la mano de unos cuantos locos apodados "runners" en la 5ª edición de la Carrera del Rock&Roll el próximo sábado día 23 a las 21:00 horas.
Esta carrera se ha convertido en mi 2ª cita anual con el asfalto, esto entre comillas pues se celebra en una localidad cercada por las montañas, con el running y con la diversión. Es una de las pruebas en las que participo que más me hace disfrutar. No es multitudinaria, no tiene los más numerosos y mejores patrocinadores, la publicidad no es su fuerte, los medios de comunicación no se hacen eco de ella e incluso puedo atestiguar que no es fácil acceder si no es en transporte particular debido a la ubicación, las fechas y horas en que se celebre, pero a su favor incluyo lo siguiente...
Para llegar desde donde yo vivo debo hacer un viaje de hora y media más o menos, lo que me deja la sensación de romper con la rutina diaria, según nos internamos por la sierra de Madrid el aire se hace más ligero y la presión en el estómago más intensa. Al llegar lo primero que hay que hacer es aparcar así que nos dirigiremos a la zona señalizada y habilitada para ello, os sugiero llegar con tiempo para dejar el coche lo más cerca posible y poder calentar un poco en la plazoleta de la bien llamada Parrilla de San Lorenzo del Escorial, nos esperan unas duras cuestas.
Puede ser porque estamos en plena época de vacaciones o quizá por la temática que aborda la carrera, pero aquí nos encontramos con corredores bastante inusuales en otras citas parecidas, alguno de ellos incluso parece un extra de alguna película americana de moteros tipo ángeles del infierno hasta que hablas con él, porque la diferencia es que estos son simpáticos, alegres y vienen con la intención de pasar un buen rato. También hay bastantes personas disfrazadas de cantantes o rockeros, con la incomodidad que esto supone a la hora de correr, aunque eso sí, siempre se puede conseguir algún premio por la vestimenta entregado por la organización. Hay mucha gente haciendo fotos, incluyendo varios turistas sorprendidos por el espectáculo que ofrecemos, turistas que están pululando en torno al Monasterio, donde se encuentra la Salida y la Meta, y sobre todo hay música, mucha y buena música que se puede escuchar por la megafonía instalada para la ocasión.
Poco a poco va pasando el tiempo y se va acercando la hora de empezar a correr, este rato, en el que vamos notando como se refresca el ambiente, lo aprovechamos para coger el chip, calentar un poco, ir al servicio si ha lugar y por supuesto... hacer fotos, sí, nosotros también nos parecemos mucho a los turistas.
Ya en la carrera nos encontramos con un trazado difícil con algunos puntos de suelo adoquinado y por encima de todo muchas cuestecitas, las describo así porque es lo que parecen cuando nos enfrentamos con el reto principal, "la cuesta rompecorazones"; efectivamente su nombre la describe muy bien porque eso es lo que parece que nos sucede, que se nos rompe el corazón con cada latido que da, eso sí, después de haberte roto las piernas, los pulmones y haber perdido el bofe en algún lugar del ecuador de la subida. Al final, casi, de la cuesta, podréis reponer líquidos si lo deseáis mientras nos vamos preparando para iniciar una larga bajada hasta casi la línea de Meta.
Todo esto parece más duro de lo que es, pues no os he contado la participación del público que en todo momento le encuentras animando, los voluntarios que te van indicando por donde ir y jaleando también, los grupos musicales que hay por el camino y la gente que te ofrece un fresco manguerazo de vez en cuando. Gracias a todos ellos de corazón, yo a cambio suelo chocar los cinco con los niños que están a los lados con sus familias aplaudiendo.
Llegados ya a la Meta y pensando que parece que no has sufrido tanto como pensabas, ya me lo dirás el día siguiente, dejamos el chip y recogemos la bolsa del corredor que nos ofrece un reabastecimiento que se que en más de una carrera, de las tan importantes y mediáticas, sus organizadores se sonrojarían si hubiese que comparar. Esto lo considero un gran punto a su favor por lo importante que es para los que terminamos las carreras el avituallamiento para recuperar lo gastado y, aún queda por descubrir con que camiseta (preciosas todas) nos sorprenderán en esta edición. Aquí os dejo las fotos de las últimas 4 ediciones.
Por aquí os dejo algún enlace por si queréis saber algo más:
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